EL CAMINO DESDE LAS DSLR A LAS CSC

Encumbradas por la posibilidad de grabar vídeo a un ‘relativo’ bajo coste, la aparición de las cámaras DSLR (Digital-SLR, Single lens reflex) ha supuesto un cambio/revolución del mercado video gráfico. Era la única manera de obtener ese look “cinematográfico” sin dejarse un riñón y parte del otro, un ojo de la cara y los dos brazos.

Aún así, hay gente que no avala este tipo de cámaras para su uso en vídeo, personas que piensan que hay vida inteligente más allá de las DSLR, que opinan que éstas son los que son, cámaras de fotos que también graban video, porque en su naturaleza vital, en su ADN, están hechas para tomar imágenes fijas, no en movimiento. Por supuesto para gustos… los colores.
Siguiendo los pasos de la evolución, nos encontramos con las cámaras CSC, es decir, “cámaras compactas de sistema“, esto es, con obturador electrónico y sin espejos pero con ópticas intercambiables. Marcas como Panasonic, Olimpus o Sony lanzaron sus ofensivas con modelos como la Lumix GH4 (que ellos nombran DSLM, Digital Single Lens Mirrorless), la Olympus OM-D E-M5 Mark II y la Sony a7s.

A grandes rasgos, expongo algunas ventajas e inconvenientes entre las CSC y las DSLR

Algunas cosas que molan poco:

  • El autofocus es más lento
  • En la mayoría de las cámaras no hay ningún visor integrado, y si los hay, suelen ser un bastante caros.
  • Las calidad de imagen de las pantallas y los visores se degrada cuando hay poca luz.
  • Al ser sistemas más jóvenes, hay menos objetivos y accesorios que en los sistemas réflex de toda la vida.

Algunas cosas que molan mucho:

  • A igualdad de características, se pueden hacer cámaras y objetivos mucho más pequeños.
  • En cuanto a los visores, no sólo vemos el encuadre exacto, también podemos ver la imagen definitiva en tiempo real, con su exposición, su profundidad de campo, etc.
  • Sobre la propia imagen se puede superponer todo tipo de información.
  • La grabación de vídeo se realiza exactamente igual que la toma de fotografías, de manera nativa.
  • La simplicidad del diseño hace posible adaptar objetivos de cámaras clásicas que no son compatibles con los sistemas réflex.

En definitiva y pese a los detractores, todos reconocen que la evolución hacía cámaras más ergonómicas, prácticas, avanzadas y rentables nunca se hubiera producido sin la aparición de las DSLR, vamos… que hay que agradecerles que hayan sido la punta de lanza en la democratización de la estética cinematográfica low cost.


Javier López. Operador gráfico y editor.